Por las calles del Abasto: Un espacio cooperativista que genera un encuentro permanente entre creadores experimentados y principiantes
En Buenos Aires hay una ebullición de proyectos culturales independientes. Entre ellos un sitio en el que los artistas de todas las áreas se reúnen, investigan, generan ideas y obras, trabajan en forma colectiva y exponen los efectos de la multiplicación de este intercambio.

Un espacio cooperativista que genera un encuentro permanente entre creadores experimentados y principiantes: El Archibrazo. Este sitio era antiguamente una imprenta y editorial artesanal fundada en 1966 por Juan Andralis, exponente fundamental del surrealismo en Argentina.
Juan Andralis estudió pintura con el artista surrealista Batlle Planas y luego viajó a París para integrarse a las filas del movimiento surrealista liderado por Breton. Participó en varias muestras colectivas junto a Man Ray, Max Ernst, Wifredo Lam y demás.Trabó amistades con Tristan Tzara, Jean Pierre Duprey, Benjamin Péret, entre otros. Luego trabajó como diseñador junto a Cassandre y Frutiger.
A su regreso fue diseñador del departamento de artes gráficas del Instituto Di Tella y editor de libros.
No obstante, la parte medular de su herencia artística consiste en la fundamentación de una práctica creativa que continúa la línea de Marcel Duchamp a quién conoció en el sur de Francia.
El surrealismo implica tener un pie apoyado en el sueño y el otro pie en la realidad cotidiana, que tiene implicancias políticas
Andralis planteaba una ética negadora de las fijaciones narcisistas estrechamente subjetivas, a las cuales sucumben, a menudo, los artistas. Sostenía que la práctica del surrealismo implica tener un pie apoyado en el sueño y el otro pie en la realidad cotidiana, que tiene implicancias políticas. El esfuerzo por unir esos dos mundos es la vocación de nuestro espacio, donde se trabaja horizontalmente, de puertas abiertas a la comunidad y en particular a aquellos sectores de la sociedad con mayores dificultades de acceso a los circuitos culturales, para abrir los efectos del intercambio de experiencias y asociaciones, en una red que abre su trama al extremo de lo posible.