La palabra como arma
En La Chispa, periódico autogestivo fundado por Osvaldo Bayer en 1958 en Esquel, se denunció el robo de tierras de Cushamen por parte de latifundistas. Hoy, su nuevo libro homónimo recopila las ediciones en facsímil de aquel diario militante
Por Nair Castillo – 28 octubre, 2017
La Chispa (Iskra en ruso) es el nombre del nuevo libro de Osvaldo Bayer que recopila todo el trabajo realizado por el historiador y periodista en el diario homónimo que fundó junto a Juan Carlos Chayep en la ciudad de Esquel, entre diciembre de 1958 y abril de 1959. El pasado 13 de octubre fue presentado en el Archibrazo, en el marco del 50 aniversario de este proyecto sociocultural ubicado en el barrio de Almagro. Contratapa conversó con el curador de la obra, el profesor e historiador Bruno Nápoli, quien actualmente se encuentra investigando la relación entre desaparición y deuda como formas estatales del cuerpo en riesgo.
Hace 60 años, en las mismas tierras donde Gendarmería desapareció a Santiago Maldonado, Osvaldo Bayer denunciaba el robo de tierras de Cushamen por parte de los latifundistas a través de su periódico autogestivo. A partir de esta investigación, sale a la luz que la llamada acumulación originaria en Argentina fue un proceso en dos tiempos: en 1880 con la “conquista del desierto” por parte de Julio. A Roca y luego en 1935 durante la década infame, los latifundistas terminan de avanzar sobre las reservas de los pueblos originarios.
La génesis de este proyecto es rescatar un documento histórico invaluable que repone la centralidad del principal problema de la argentina vinculado a la concentración de enormes extensiones de tierras en pocas manos. Conflicto que nace con el surgimiento del Estado Nación. La Chispa nos trae un recuerdo que estaba olvidado: los tiempos de robo constante de tierras a los pueblos originarios por parte de la oligarquía terrateniente. En esta línea, Bruno Napoli, agrega que “la obra nos permite rescatar un Osvaldo Bayer muy joven quien con tan solo 30 años tenía una producción periodística enorme. La Chispa es el primer encuentro de él con el tema de los pueblos originarios”.
Próxima jornada de lanzamiento: Viernes 17 Noviembre. 18 Hrs. en Arhibrazo
Napoli expone la pedagogía de la crueldad que subyace a la política del saqueo de tierras con una pasión desbordante. La sala está llena de personas de todas las edades. En la primera fila, las señoras toman notan mientras escuchan atentamente un orador histriónico que nos lleva a adentrarnos en las raíces de la desigualdad: el régimen latifundista y concentrado de tenencia de la tierra. Contra el Latifundio, contra el Hambre y contra la Injusticia, este periódico local y autogestivo – elaborado en el altillo de la casa de Osvaldo – denuncia con lenguaje llano y directo el robo de tierras de Cushamen durante el gobierno de Agustín P. Justo al tiempo que la negativa de la Sociedad Rural de Esquel a pagar un aumento del jornal a los peones rurales. En el número del 24 de enero de 1959, se denuncia el acopio de bienes de primera necesidad por parte de la Casa Lahusen -antesesora de La Anónima- con la consiguiente suba de precios, sin vueltas ni eufemismos: maniobras delictuosas, estafa y extorsión. La circularidad de la historia pareciera repetirse como tragedia hacia el sur del Río Colorado.
Un pie en los sueños y uno en el asfalto
La edición facsimilar de la Chispa respeta el formato casi escolar del original. Desde su lanzamiento a principios de año, ya se han realizado más de 10 presentaciones públicas en bibliotecas, universidades, asociaciones vecinales y organizaciones sociales. En esta oportunidad el lugar elegido fue el Archibrazo, espacio fundado por el artista surrealista Juan Andralis que ha sabido ser no sólo imprenta sino también refugio para artistas con compromiso militante en tiempos de dictadura militar. El anfitrión del encuentro, Sebastián Juncal, resaltó el significado de la presentación de la Chispa en un contexto complicado para la producción intelectual, para el campo popular y la militancia política y en un espacio sociocultural que ha sufrido los embates que interrumpieron tanto la producción de archivo como la editorial. La venta y difusión del diario La Chispa en un lugar con la historia del Archibrazo representa por un lado el rescate de una historia de estricta actualidad, al tiempo que una celebración y homenaje a la tradición surrealista que nos invita a tener “un pie en el mundo de los sueños y el otro pie apoyado en el asfalto, en la realidad dura como es la cotidiana”.
Medicina de Bayer para Osvaldo
No es azaroso que el panel haya estado conformado por dos periodistas y dos historiadores en un contexto donde la palabra está tan devaluada y en el cual los medios hegemónicos desinforman y faltan a la verdad histórica de forma sistemática. Sin dudas, la Chispa es un ejemplo de periodismo militante, parte de esa tradición que a principios de siglo XX anarquistas construyeron a fuerza de imprenta, bibliotecas y un trabajo de difusión artesanal. De hecho, la Chispa se repartía de mano en mano al costo de un peso por ejemplar, siendo sumamente accesible para el pueblo trabajador de la ciudad de Esquel. Lo que hoy denominamos medios alternativos, contra-hegemónicos y autogestivos se nutren del principal legado de Bayer: el periodismo como búsqueda de la noticia, no de la primicia.
El diario es una braza caliente, lanza sobre el final Diego Genoud, uno de los periodistas invitados luego de compartir lúcidas reflexiones ante un público atento y ávido de conocer en profundidad los vínculos entre los despojos de la tierra, las represiones recientes a las comunidades mapuches y la desaparición forzada de Santiago Maldonado en manos de Gendarmería. Diego no sólo comparte junto con su colega y amigo Alejandro Bercovich la estremecedora vigencia del periódico La Chispa, sino también la experiencia de escritura, debate y discusión en la Revista Crisis y el haber transitado juntos el conflicto por el cierre del diario Crítica a mediados del 2010. Actual columnista de la Revista Letra P y del programa radial Toma y Daca, Diego nos invita a reflexionar sobre la importancia de sondear las raíces más profundas de nuestra historia frente al trabajo sistemático que realizan los grandes medios para borrar la memoria de nuestro pueblo, la cartografía de luchas y resistencias que tienen a la Patagonia como laboratorio premonitorio y antesala de conflictos sumamente actuales.
La medicina de Bayer es una dosis de periodismo tozudo que no claudica ante las adversidades, que es irreductible, incluso poniendo en riesgo el propio cuerpo. Recordemos que Osvaldo funda la Chispa, luego de ser despedido del principal diario de Esquel, no recibir paga y encima ser acusado de doble tentativa de homicidio al dueño del medio, Feldman Josin. De ahí que Diego Genoud encuentre en esta presentación no solamente un acto de justicia, sino también una guía de acción (“lo echaron y siguió”), enseñanzas varias y una serie de preguntas para todo aquel que quiera intervenir sobre el presente desde una tradición bayeriana que incomode al poder: de hoy, de ayer y de siempre.
Traición a la patria
En el epílogo de la obra, Ariel Pennisi nos habla de la radicalidad y la ingenuidad de Osvaldo Bayer al fundar este periódico local que buscaba encender una llama de justicia en aquel pueblo. Al dar inicio al debate en el Archibrazo, Ariel hilvana estas ideas pues enfatiza que Osvaldo perseveró en una apuesta político-existencial por una verdad que jugó muchas veces como contrapoder. Una verdad que en definitiva lastima al poder.
Osvaldo Bayer no sólo fue expulsado de Chubut en el 59 por denunciar a los dueños de las tierras en una ciudad rodeada de latifundios, sino que 16 años más tarde se exiliará a Berlín, perseguido y amenazado por la Triple A debido a sus obras. En 1995, tras sostener la conveniencia de que la Patagonia argentina se independice y funda sus fronteras con la parte chilena, Bayer fue acusado de traición a la patria y recibió el título de “persona no grata” por parte del Senado de la Nación.
Cuerpos indóciles y desobedientes han sido perseguidos bajo acusación de antipatriotas o enemigos del estado a lo largo y a lo ancho del mundo. Hombres y mujeres libertarias que cuestionaron el orden imperante en busca de nuevos modos de vida: más justos, inclusivos y democráticos. En la palabra como arma, Emma Goldman, considerada durante más de 30 años la mujer más peligrosa de Norteamérica, pone en cuestión el carácter utópico e impracticable del anarquismo, al tiempo que lo disocia del término violencia a la que ha sido históricamente vinculado este movimiento. Se dice que en cada conferencia donde propagaba sus ideas “peligrosas” llevaba un libro consigo, pues sabía que la respuesta sería el encierro.
De los bordes de ese pasado chispero es posible abrir viejos y nuevos debates, interrogantes, así como tomar nota de aquellas lecciones que permitan seguir construyendo senderos libertarios, contestatarios e irreverentes frente al poder. Se trata, ni más ni menos, de honrar y celebrar todo aquel proyecto vital que tenga como objetivo dejar atrás las aguas estancadas de lo viejo junto al deseo de fundar otro modo de vida.
Fuente: contratapaweb.com